jueves, 19 de junio de 2008

ACTO EN MEMORIA DE LAS VICTIMAS DEL BOMBARDEO A PLAZA DE MAYO

Bombardeo a Plaza de Mayo (16 de Junio de 1955)El 16 de Junio de 1955, en horas del medio día, aviones de la Marina bombardeaban Plaza de Mayo.
De esta forma se inauguraban las décadas más violentas de la historia argentina. Este hecho se convirtio en el prólogo del horror, a la genocida violencia contra el pueblo y a la entrega del patrimonio nacional.
El bombardeo de la Marina contra Perón, y contra el pueblo, en Plaza de Mayo el 16 de junio de 1955 con un saldo de 350 muertos, es conocido como la Masacre de Plaza de Mayo y como el primero de los procesos de violencia institucional contra el pueblo argentino.
La importancia crucial de su recuerdo radica en que fue la primera manifestación de violencia anti-popular reaccionaria de tal dimensión. Porque los bombardeos del 16 de junio, como todos los delitos impunes contra el pueblo que posteriormente se cometieron, se multiplicaron luego en un largo ciclo de violencia que desembocó en el genocidio y en el terrorismo de Estado.El silencio histórico impuesto sobre la matanza del 16 de junio colaboró para que 20 años después se pudieran concretar los horrendos crímenes del Proceso de Reorganización Nacional.
Las causas:
La oligarquía criolla y el intervensionismo norteamericano, junto con sus aliados dentro de la Iglesia y algunos sectores de las Fuerzas Armadas, prepararon una conspiración para barrer al gobierno peronista, a la C.G.T., y a los delegados, y de esa manera poder suprimir las conquistas sociales del peronismo y la herramienta política para defender esas conquistas, para permitir la penetración del imperialismo en la economía nacional.
Después de "tolerar", durante casi de diez años, una profunda revolución política, económica y social, el imperialismo se niega a que la fiesta popular continúe, que se mantenga a raja tabla el porcentaje más alto de distribución del ingreso en toda la historia latinoamericana: hacia mediados de 1955, la participación de los trabajadores en el PBI era cercana al 53 por ciento.Las necesidades económicas de los EE.UU. lo impulsaron a avanzar sobre Latinoamérica, para ello necesitaba tener en los países del continente gobiernos que no ofrezcan resistencia a sus aspiraciones, sino que se las faciliten y le otorguen día a día mayores ventajas. El gobierno peronista no era de esos. Peor aun, era líder y ejemplo político del antiimperialismo para todo el continente.
Con el fin de contribuir a este proceso, una crisis política se monta sobre motivos falsos: la política "anti-cristiana" del peronismo, la ley de divorcio, la ley de los "hijos naturales" o la situación de la educación. Todas estas medidas serían el detonante del enfrentamiento entre Iglesia y Gobierno.
Los objetivos reales de la crisis, y que tiempo después conseguirían los golpistas, era la aplicación de un conjunto de políticas que en tenia como objetivo restaurar el orden oligárquico a través de:a) La aplicación de un programa económico en desmedro de los trabajadores con la finalidad de redistribuir el ingreso a favor de los patrones.b) Mayor intervención del imperialismo norteamericano en la economía nacional.c) Consumar una derrota irrecuperable del peronismo y de la CGT.d) La llegada al gobierno de un partido político, una nueva Unión Democrática, que podría ser dirigido por la iglesia o los radicales unionistas, encuadrando a todos los sectores antiperonistas.Después del golpe de septiembre, no existirán dudas de que una parte significativa de la Iglesia era funcional, y en algunos casos socia, de la oligarquía y el imperialismo, y que utilizó cualquier motivo para confrontar con Perón y desestabilizar al gobierno.
La masacre:Por la mañana del 16 de Junio, el día más sangriento de la historia argentina contemporánea, efectivos de la marina junto a un grupo de "comandos civiles" intentaron tomar la Casa Rosada y secuestrar o matar a Perón. El presidente, advertido por sus ministros de esta posible ofensiva, había encontrado asilo en el Ministerio de Guerra.Los "comandos civiles" armados eran dirigidos por el radical Miguel Ángel Zavala Ortiz, luego miembro destacado de la Junta Consultiva de la dictadura llamada "Revolución Libertadora" y mas tarde, canciller del gobierno del radical Arturo Illía.
Cerca del mediodía, una formación de aviones navales bombardea Plaza de Mayo y la Casa de Gobierno en un intento por asesinar al presidente constitucional Juan Perón y terminar con el gobierno que había sido reelegido sólo tres años atrás con el 68% de los votos.La primera de las bombas estalló en el techo de la Casa de Gobierno. Otra, infinitamente mas desgraciada, hace estallar un trolebús lleno de pasajeros y mueren todos. Fue solo el comienzo de una verdadera masacre de civiles.
Después del primer bombardeo criminal, el pueblo organizado fue en defensa de Perón, pese a las propias reticencias de su líder, los obreros salieron a la calle, al grito de "¡Perón, Perón!" a defender su causa, y los militantes peronistas que caminaban en masa colaborando con las tropas leales, sufrieron ataques de los subversivos.
Tal como lo relata Felipe Pigna "para las 18.15 eran cientos los descamisados que se reunieron a defender su gobierno en la histórica plaza cuando una nueva oleada de aviones espantó a las desconcertadas palomas y arrojó su mortífera carga de nueve toneladas y media de explosivos sobre la multitud. En la Plaza de Mayo y sus alrededores quedaron los cuerpos de 355 civiles muertos y los hospitales colapsaron por los más de 600 heridos. Se había perpetrado el peor ataque terrorista de la historia argentina".
Se arrojaron 10 toneladas de bombas que provocaron más de 300 muertos entre mujeres, trabajadores y niños. Los cadáveres quedan sembrados en la plaza histórica y sus adyacencias, unos pertenecientes a civiles que habían acudido en apoyo al gobierno, y otros de anónimos transeúntes.
Consumada la masacre contra la población civil indefensa; y fracasado el golpe, los aviones genocidas huyeron hacia el Uruguay. Llevaban pintadas en sus alerones la V y encima la Cruz, símbolo de "Cristo vence", una particular consigna de genocidas que se propusieron salir a matar al pueblo en nombre de Cristo, la libertad y la democracia.Infantes de Marina, atrincherados en las cercanías de la Casa Rosada, en el sector de la Plaza Colón, tras disparar a mansalva a la población, tuvieron que capitular al ser rodeados por cuatro tanques Sherman.
En el Uruguay, en el comité de recepción, los esperaban Carlos Suarez Mason, exiliado allí desde 1951 y futuro jefe de asesinos del primer cuerpo de Ejército en 1976, y el socialista Américo Ghioldi, futuro embajador de Videla.
Después del bombardeo se abrió un periodo de inestabilidad y retroceso de la causa popular. El antipueblo estaba organizado, el imperialismo ya había definido el plan y la oligarquía local a su servicio comenzaba a ejecutarlo sin vacilaciones, sin importar cuantas vidas había en el medio.Pese a los esfuerzos, la situación había llegado a un punto sin retorno.
Dirigentes conservadores, radicales, liberales, comunistas y socialistas, todos los partidos socios y funcionales al imperialismo exigen la renuncia de Perón. Los "comandos civiles" se organizan, el Ejército, la Marina y gran parte de los demás sectores de las Fuerzas Armadas conspiran abiertamente.
Meses después, en septiembre, Perón será derrocado por la mal llamada "revolución libertadora". Y la palabra "gorilas" fue usada para nombrar en primer lugar a los militares golpistas, pero que después se generalizó para identificar a los sectores conservadores y del privilegio, que a través de golpes militares llegaban al poder.Comenzó asi la represión oligárquica que siguió con los fusilamientos de José León Suárez y se desplegó por años contra la Resistencia Peronista, culminando con los miles de muertos, torturados y desaparecidos durante la Dictadura del Proceso.
La "Revolución Libertadora" inauguró el recurso de culpabilización de la víctima: Perón era responsable por las muertes -que nunca se nominaron ni enumeraron- porque habría convocado a los trabajadores, a sabiendas del riesgo.
El bombardeo a Plaza de Mayo inauguró las décadas más violentas de la historia argentina y fue un prologo al horror, a la genocida violencia contra el pueblo y a la entrega del patrimonio nacional que la sangrienta dictadura militar de 1976 consumará definitivamente 20 años después.

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