jueves, 24 de julio de 2008

Aniversario de la muerte de Eva Perón.

“Era un martes -empieza el coronel-, el 9 de octubre de 1945. Tres días antes, el general Eduardo Avalos, comandante de la guarnición de Campo de Mayo, había cometido el error de visitar a Perón en su departamento para exigirle que quitara del gobierno a un cuñado de la Eva. Perón era ministro, no lo olvide, y coronel de la Nación. Sin embargo, actuaba con desvergüenza. Le había montado a la Eva una garçonniére al lado de su propio domicilio. Cuando Avalos hizo la visita, la que le abrió la puerta fue esa mujer. Vaya a saber qué insultos le habrá dicho, con sus modales de prostíbulo. Avalos no tuvo más remedio que retirarse. Imagínese lo que significaba entonces para la dignidad de un oficial superior ser maltratado por una cómica que se le apareció vestida como bataclana, con unas chancletas de tacos altos. El comandante regresó a la guarnición con la cabeza gacha. Esa noche decidimos que la única manera de quitar del medio a Perón era matándolo.”Este es parte del relato del Coronel Cabanillas, y que el retirado militar le refiriera al periodista y escritor Tomas Eloy Martínez, en la primera de seis notas, que fueron publicadas en el diario La Nación a partir del 28 de julio del 2002.El coronel Cabanillas, que como muchos sabrán, fue el encargado de sacar el cadáver de Eva Perón de Argentina, y de su relato surge ese odio recalcitrante, propio de personajes tan retorcidos, como la moral que decían esgrimir y la cual luego olvidaron, cometiendo las atrocidades mas increíbles para desplazar a quien había conquistado el mayoritario apoyo popular.
En 1989, el coronel Héctor Cabanillas concedió tres días de entrevistas al escritor Tomás Eloy Martínez y narró cómo sacó en secreto de la Argentina el cadáver embalsamado de Eva Perón, en 1957, y lo mantuvo oculto, en Milán, durante catorce años.
Cadáver que le costó mucho tiempo descansar en paz. Tal vez la ardua lucha que Eva Perón llevó adelante en su corto lapso como dirigente, debió continuarla su embalsamado y maltratado cuerpo. Tal situación ha sido reflejada en varias notas periodísticas.
Hoy se cumple un aniversario más de su muerte acaecida precisamente un 26 de julio de 1952.Innumerables son los actos que se llevarán a cabo recordando su obra, su mensaje y la posición que le cupo como luchadora social, y como primera dama.
El último de sus discursos fue pronunciado el 1º de mayo de 1952. Su salud hacía ya largo tiempo que estaba muy comprometida. Cansada y muy afectada por su enfermedad, tuvo que dejar sus labores habituales, inclusive el primer y único voto emitido como mujer ciudadana y por lo cual mucho había trabajado tuvo que hacerlo en una urna que le llevaron al policlínico donde se encontraba internada.
Volviendo al discurso, transcribiremos parte solamente, para que nuestros visitantes y sobre todo aquellos que conocen a fondo la historia de los últimos 50 años de nuestro país, realicen una composición de lugar y circunstancias.
“…Yo le pido a Dios que no permita a esos insensatos levantar la mano contra Perón, porque ¡guay de ese día¡ Ese día, mi general, yo saldré con el pueblo trabajador, yo saldré con las mujeres del pueblo, yo saldré con los descamisados de la patria, para no dejar en pie ningún ladrillo que no sea peronista. …”
Más adelante continuaba
”…porque nosotros no nos vamos a dejar explotar jamás por lo que vendidos por cuatro monedas, sirven a sus amos de las metrópolis extranjeras y entregan al pueblo de su patria con la misma tranquilidad que han vendido el país y sus conciencias…”
Finalizó su alocución desde el famoso balcón con lo siguiente:
“Los vendepatrias de dentro, que se venden por cuatro monedas, están también en acecho para dar el golpe en cualquier momento. Pero nosotros somos el pueblo y yo se que estando el pueblo alerta somos invencibles porque somos la misma patria”
Esas palabras fueron pronunciadas sabiendo perfectamente quienes eran los destinatarios-propios y extraños-. No nos equivocaremos mucho si las mismas tienen aún hoy vigencia, sobre todo para muchos propios

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